No. Aquí no existen el castigo ni las cárceles, pero si cometes alguna falta, sufres; t
ú mismo te castigas. - ¿Yo mismo? No entiendo, Ami. - ¿Le darías una bofetada a tu abuelita? - ¡No, por supuesto que no!... qué cosas dices... -Imagina que le das una bofetada... ¿qué te pasaría? - ¡Me dolería mucho, me arrepentiría, sería insoportable!... -Eso es castigarse uno mismo... no necesitas que te castiguen ni que te encarcelen. Hay cosas que nadie hace, y no porque lo prohíban las leyes. Tú no le harías daño a tu abuelita, no la herirías, no le quitarías sus pequeños objetos personales; al contrario, intentas ayudarla y protegerla. -Sí, porque la amo. -Aquí, todos nos amamos; todos somos hermanos. Hay ocasiones en las que comprender algo nos produce interiormente el efecto de un estallido de luz. Debido a las explicaciones de Ami, yo había podido comprender de pronto todo lo que él quería decirme. Aquel mundo era una gran familia en la que todos se amaban recíprocamente, y, por lo tanto, lo compartían todo. Me pareció algo sencillo ahora. -Y asimismo están organizados todos los mundos evolucionados del universo -me explicó Ami, contento de que yo hubiese asimilado. -Entonces, la base de la organización es el amor... -Sí, Pedrito; esa es la Ley fundamental del universo... - ¡¿qué; cuál?! -El amor -dijo Ami. - ¿El amor? -El amor. Esa es la Ley. -Yo pensaba que sería algo más complicado... -Es sencillo, simple y natural, sin embargo, no es tan fácil de experimentar, para eso es la evolución. Evolución significa acercarse al amor. Los seres más evolucio
nados experimentan y expresan más amor. La verdadera grandeza o pequeñez de los seres está determinada únicamente por la medida de su amor... - ¿Y por qué nos cuesta tanto? -Porque tenemos dentro de nosotros una barrera que impide o frena nuestros mejores sentimientos. - ¿Cuál es esa barrera? -El ego. Una falsa idea acerca de nosotros mismos, un yo falso. Mientras mayor es el ego, más importantes nos creemos con respecto a los demás. El ego nos hace sentir autorizados para menospreciar, dañar, dominar y utilizar a los demás; para disponer de sus vidas inclusive. Como el ego es una barrera al amor, nos impide sentir compasión, ternura, cariño, afecto... amor. El ego nos insensibiliza ante la vida, es alimentado por falsas ideas, por apreciaciones erradas acerca de nosotros mismos, de los demás y de la existencia. Fíjate: ego-ísta, se interesa por sí mismo y no por los demás. Egó-latra, no adora a nadie más que a sí mismo. Egotista, habla sólo de sí mismo. Ego-céntrico, piensa que el universo gira alrededor de su persona. La evolución humana consiste en la disminución del ego, para que crezca el amor. -Entonces quiere decir que los terrícolas tenemos mucho ego... -Depende del nivel de evolución de cada cual. Continuemos paseando, Pedrito.