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Foto del escritorCota García

Crisis Curativa


Desintoxicación y Purificación Efecto paradójico de una cura natural

Como todo Ser Viviente siempre tendemos hacia la salud y tenemos la capacidad para volver al estado de salud una vez que la hemos perdido, pasando por un proceso natural de eliminación o depuración tanto física como psíquica.

La enfermedad psíquica se produce cuando nuestra mente entra en conflicto con nuestro interior, el Ser. La enfermedad física se produce cuando el cuerpo por una razón u otra, es incapaz de llevar a cabo su depuración natural. Cuando no hay depuración natural y se mantiene en el tiempo algún padecimiento físico y/o psíquico, se crea un círculo vicioso entre mente y cuerpo.

Por ejemplo: si se enferma el cuerpo por mala alimentación, este se inflama, se hincha y desorganiza la energía mental, provocando malestares físicos y dificultades psíquicas como la ansiedad y la angustia. Si se perturba la mente, esta se estresa desordenando los pensamientos, provocando físicamente la liberación de niveles anormales de hormonas y químicos que terminan descomponiendo la salud física.

Por ello, es importante un trabajo de curación integrativo para recuperar la salud completa.

Cuando se establece un proceso de curación, con frecuencia se inicia también un proceso de purificación (física y psíquica), conocido también como crisis de curación.

Se le llama Crisis Curativa al proceso donde todos los sistemas del cuerpo tanto físico como psíquico, trabajan juntos para eliminar cargas emocionales y mentales, toxinas y productos de desecho, sentando las bases para la regeneración de tejidos y de la energía.

Durante la crisis curativa se liberan tanto el cuerpo como la mente y aunque esto a veces agudiza el dolor y los síntomas, es pasajero y necesario. Esto debido a que la crisis curativa suele traer nuevamente a un primer plano, situaciones y problemas personales que se han tenido en el pasado y que pueden intensificar alguna enfermedad que tengamos y que por lo general ya hemos olvidado o dejamos de atenderlo. Por ello, tendemos a creer que lo que nos sucede durante la crisis curativa es negativo, pero sólo es la manera de que el Ser se vale para desechar y manejar las trabas.

El proceso es gradual, pero sin duda alguna, se recuperará la salud y la energía.

Cuando se hace un trabajo de desintoxicación física o limpieza energética sobre alguien, existe generalmente un período de tres días a tres semanas, durante el cual se produce la integración de una nueva información, proceso de depuración del estado anterior.

Esta nueva información produce el efecto de “actualización de datos”, por hacer una analogía con un ordenador al cual le estamos instalando las versiones más recientes de los programas, o incluso un nuevo sistema operativo. En este periodo pueden aparecer ciertos síntomas que es bueno conocer y saber que están siendo debidos a una mejora en nuestro sistema físico/energético.

Puesto que todos somos diferentes, algunos no notarán nada en absoluto, mientras que otras personas percibirán una o varios reajustes que se produce en todos los niveles: físico, emocional, mental y por ultimo espiritual.

A continuación se describen cada una de estos niveles de purificación:

Purificación física

Las reacciones físicas que se experimentan durante una crisis curativa pueden incluir síntomas parecidos a un resfriado o gripe, dolor de cabeza, algo de fiebre, picor en la garganta, tos, erupciones en la piel, náuseas, somnolencia, fatiga inusual, estreñimiento, diarrea, infecciones, abscesos o furúnculos o cualquier otro medio de los que el cuerpo se vale para liberar y eliminar las toxinas. También puede haber algunas molestias físicas menores. Simplemente el cuerpo está intentando eliminar toxinas y energías estancadas allá donde las tenga, lo cual se traduce en la necesidad de expulsar a nivel físico todo aquello que ya no nos sirve.

Cuando las enfermedades son crónicas o viejas, una sola crisis no siempre es suficiente para la curación completa y será necesario pasar varias crisis curativas periódicas, pero con cada crisis la mejoría es notable. De la misma manera en que tomó años establecerse una enfermedad, de la misma forma llevará tiempo recuperar la salud completa.

Para reducir las molestias es recomendable disfrutar de paseos al aire libre, hacer ejercicio, y beber abundante agua, comer más sano, descansar más, etc. Con ello, ayudamos a nuestro cuerpo a recuperar el balance.

Purificación emocional

Emociones fuertemente arraigadas pueden aparecer sin razón alguna: rabia, enfados, frustración, tristeza, etc. Y que generalmente no se entienden. Estas emociones salen a la luz porque han estado reprimidas o medio tapadas durante mucho tiempo y al hacer la limpieza las estamos eliminando.

Procura no sentirte afectado por lo que estas “sintiendo”, no te culpes o trates de buscar causas más allá del dejar que esas emociones agoten su carga emocional y por fin se desprendan de tu cuerpo emocional para siempre.

Para facilitar el proceso, no reprimas lo que sientas, aprende a relajarte, meditar, respirar calmadamente, darte baños relajantes, disfrutar de las cosas, etc. El objetivo es dejar ir esas emociones con la mayor suavidad posible.

Purificación mental

Patrones de conducta, pensamientos antiguos, hábitos y costumbres que creíamos desterradas pueden volver a salir a la superficie. A veces podemos volvernos de nuevo adictos a comer algo sin parar, a fumar, a beber algo, etc. Es el mismo proceso que antes.

Aquello que teníamos medio enterrado en nuestro cuerpo mental está saliendo por fin a la superficie y disipándose, haciéndonos sentir de nuevo en el momento esos efectos que en su día nos causaron.

También todo tipo de pensamientos negativos (culpa, abuso, juicio constante a los demás, victimización, etc.) pueden volver a salir durante el proceso de limpieza.

Recuerda, estamos barriendo la casa, y no metemos el polvo debajo de la alfombra de nuevo, sino que lo sacamos del todo para que no vuelva a molestarnos.

No seas duro contigo mismo cuando te notes sintiendo estas cosas. Simplemente reconocerlas, validarlas y dejarlas ir es lo que hay que hacer.

Cambia tus impulsos de hacer algo “dañino” por otra cosa que te haga sentir mejor. Se gentil contigo mismo/a, haz cosas que te hagan sentir bien, repite afirmaciones positivas, medita, escucha música, etc.

Purificación espiritual

Tus creencias pueden removerse hasta sus más profundos cimientos. La forma en la que ves el mundo puede cambiar, todo lo que creías que era de una forma poco a poco resulta que es de otra.

Tu forma de entender cómo funcionan las relaciones entre la gente, las religiones, lo que es importante para ti mismo, lo que creías que era sólido como una roca, todo puede darse la vuelta cuando hay una limpieza profunda de energías estancadas a nivel espiritual.

Cuando esto ocurre, es como si nos abrieran los ojos, como si nos dieran acceso a otro plano de visión más elevado desde el cual vemos las cosas de diferente manera.

Nuevas revelaciones e intuiciones vienen y van, nuevas ideas reemplazan a las antiguas. Nuestro mundo se transforma y podemos sentirnos desorientados mientras esa transformación va teniendo lugar.

Para mitigar esos efectos, habla de todo esto con aquellas personas que puedan entenderte o hayan pasado por algo parecido, lee libros que incrementen tu visión “espiritual” de la vida, escucha música que te transporte a frecuencias más elevadas y te hagan sentir bien, y cuida mucho de ti mismo/a.

El proceso de transformación de viejas creencias y limitaciones es normal y no tiene por qué ser dramático, de nuevo, solo estas dejando ir lo que ya no te sirve para alcanzar un nuevo nivel.

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